Pajaritas por aquí...

Distintas colecciones han puesto la pajarita en el disparadero para este otoño-invierno.  Pero hay una regla en esto del estilo: no convertirte en un muestrario de tendencias a no ser que seas Jon Kortajarena o tengas la cara de Andrés Velencoso. A ellos se les perdona todo.

Con esto quiero decir que no porque una cosa, en este caso un complemento, esté en todos los catálogos o pasarelas, tú puedes llevarlo con tranquilidad. No.

La pajarita es una de esas armas de doble filo que o bien te pueden convertir en el rey de la fiesta o en el bufón de una reunión. Es lo que yo llamo complemento extremo, porque no admite una situación intermedia: o enamoras o te escupen.

La pajarita para empezar es muy estricta con la  edad, es decir, a partir de los 55  deja de darte un toque “cool” para darte un toque de profesor chiflado. Cuidado con la chaqueta que llevas, si la pajarita es lisa podemos jugar con una chaqueta de cuadros o rayas pero ojo, si la pajarita es de dibujitos, flores o estampados varios, chaqueta lisa por favor. Dalí, a pesar de la insistencia de  Mecano no se ha reencarnado y menos en ti.

Si a lo anterior le añadimos que la prenda ideal es el vaquero, por eso de aportar algo informal a un look ya muy refinado, tenemos la combinación deseada. Si no lo tienes nada claro te recomiendo la corbata de toda la vida, porque ¿para qué vas a arriesgar sin necesidad?

Cuando pienses en ponerte una pajarita, si quieres puedes hacerte esta pregunta: ¿Si me pongo una bandeja en la mano me pueden pedir un gin tonic?, si la respuesta es afirmativa no vayas a la fiesta a menos que quieras ganar un dinero extra como camarero y si es negativa…vuelve a preguntártelo por segunda vez, esta vez frente a un espejo.