Quiero ser Naty
Dice el tango que 20 años no es nada, aunque en realidad hay que cambiar la letra por ella, por Naty Abascal y decir que 70 años no es nada.
La mujer que parece que nació con un Valentino o un Oscar de la Renta, acaba de cumplir 70 espléndidos años y lo ha celebrado trabajando en su hábitat natural: en París, elaborando el especial de moda de la revista Hola!
Creo que pocas cosas me gustarían más que celebrar mi cumpleaños en París y rodeado de alta costura, modelos extremadamente delgadas, estilistas de los nervios, maquilladoras sufridas y mucho foco. Sería un buen plan.
Pero no soy ni Naty y me temo que no lo seré. Ahora que se ha puesto de moda el término “it girl”, para referirse a esas chicas que ponen de moda todo lo que se llevan , así les caiga una maceta encima desde un cuarto piso, creo que es justo dejar el podio para ella.
Sin duda Naty es nuestra “it girl”, por encima de Paulas Echevarrías y de Saras Carboneros, pero qué osadas!
Naty es la elegancia y el estilo hecho persona, es un modo de entender la moda, es sin duda la imagen de la moda porque cuando ves unas fotos sabes , aún sin mirar los créditos, que Naty lo ha organizado todo. Desde la postura de las manos de la modelo, hasta el modo en el que el tobillo se inclina.
El otro día en una cena, un amigo que la conoce muy bien me decía que hay una frase que Naty repite con frecuencia.: “para ponerte alta costura hay que pasar hambre”, y no sé si será hambre o no, pero su percha es a sus 70 años el mejor reclamo para diseñadores internacionales. Es la mejor imagen para promocionar el imperio Mango y sin duda, es nuestro particular sueño americano, versión española. La mujer que antes de operarse la nariz posaba en catalogos de moda, y que pasó de ser chica Woody Allen a duquesa de Feria. Ha hecho de su don natural, su profesión. Ha logrado vivir y ser respetada, por ser ella misma.
Y eso es de admirar, aunque hable y aunque beba. Por eso también quiero ser Naty