Personas lechuga

Publicado en por elincomodador

Hace un tiempo  escribí lo que siempre había pensado sobre las mujeres cucarachas, esas que siempre salen vestidas de negro porque creen que les hace delgadas y les favorece. Sí, es una herencia de sus madres, de sus abuelas y hasta de sus bisabuelas que decían que el negro pegaba con todo, pero yo lo escribí y me salieron nuevas enemigas.

 

 

Muchas cucarachas se sintieron ofendidas y hasta una vez una me paró por la calle (viniendo del Mercadona cargado de bolsas) y me dijo que le pareció muy mal aquel artículo. Siempre he creído que las cucarachas que se sintieron ofendidas no son cucarachas auténticas sino ocasionales, y que vieron en aquel post una amenaza a su escaso armario y poco gusto al vestir.

 

Pues hoy les vengo a hablar de una nueva especie que he descubierto hace poco. Las personas lechuga. Yo que soy muy observador de las conductas me he dado cuenta de que las personas lechugas abundan más de lo que quizá pensemos.

¿Y qué es una persona lechuga?, bueno la definición exacta es algo complicado y aún estoy en fase de desarrollo, pero para que ustedes se hagan una idea es alguien que aparentemente adorna mucho, como las lechugas en la ensalada, pero que luego no aportan nada, y mucha gente la termina apartando por su sabor insípido o por su color.

 

Cuando vamos a un mercado y pasamos por el puesto de verduras, las lechugas ocupan un lugar destacado, el verde parece comerse a otros colores y hasta te dan ganas de comprarte tres o cuatro enormes lechugas. Luego al llegar a casa ves que no te dan juego en la cocina, que está muy limitado su uso y que su sabor es…bueno, que no tienen sabor y que lo único que te aportan es agua.

 

A los dos días empiezan a mostrar su lado auténtico, se ponen grises, pierden color y van perdiendo su forma original para dar paso a hojas de lechuga babosas. Y aquí en este momento es cuando las personas lechuga deben abandonar tu vida para engañar a otras. Se inicia el ciclo. Yo tengo unos cuantos conocidos lechuga, de esos que parecen que  son la alegría de la fiesta y los más divertidos y luego nada, desde que los llevas a una cocina pierden su encanto.

 

Moraleja: A las lechugas déjalas expuestas en el mercado, seguirán creyendo que son vistosas y atractivas. A las personas lechuga también.

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