Se alquila

Publicado en por elincomodador

Dice una persona a la que quiero muchísimo que buscar piso es como buscar novio. Y en parte tiene razón. En el apasionante mundo inmobiliario, buscar piso de alquiler es una de las cosas más parecidas al ritual del cortejo.  Con sólo una  mirada basta para un flechazo, para un rollo de una noche o  para darte la vuelta y seguir ligando. Aquí, como en el amor  nada es para siempre.

El cortejo del piso de alquiler suele empezar mirando anuncios en periódicos o en internet, en páginas especializadas. Aquí empiezan las similitudes. Muchas relaciones tienen su origen en un anuncio de contacto que en la mayoría de las ocasiones acaban en un simple revolcón aunque me consta que hay bodas que han surgido de este modo.

Los gustos varían según el consumidor. Hay quien busca un pequeño apartamento, quien desea un piso con una o dos habitaciones y a quien le gusta los espacios abiertos, así como todo diáfano. El amor es igual: hay quien  busca relaciones más o menos apasionadas, que vienen a ser algo así como pisos con más o menos luz.

Una vez tienes el teléfono y la descripción, falta saber cuánto cuesta.  En el símil del amor es lo mismo, el precio que va a suponer para tu libertad individual invertir en una relación de pareja. La primera cita es importante, casi definitiva. Se puede repetir porque no se está del todo seguro aunque en  ambos casos, un primer vistazo es suficiente. Ver unos pies desnudos viene a ser como comprobar si funcionan bien las tuberías de la casa que buscamos.

Una vez hemos decidido que esa es la casa o el piso que reúne lo que pedimos, hacemos el contrato y nos mudamos. ¿Hasta cuándo?, esa es la pregunta más importante.  Dicen que el amor tiene fecha de caducidad, pues los contratos arrendatarios también. Normalmente suelen ser de un año, que se supone  es el período  de adaptación del nuevo hogar, de  ir conociendo tu casa. Luego pasados estos primeros 12 meses todo se vuelve rutina, te empiezas a hartar de ver siempre la misma pared del baño y de tener esa cocina tan poco luminosa. Vamos, que traducido al lenguaje del amor viene a ser lo mismo.

Ahora entiendo el motivo por el que Ana Conda cambia de casa cada año. Y ahora entiendo por qué ha tenido tantos novios.

 

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M
<br /> qué horror, yo hace años que no pinto las paredes,jajajaja<br /> <br /> <br />
P
<br /> Y el casero viene a jugar el papel de suegra, que también supone un riesgo; siempre pendiente de como tratas su propiedad. Y los vecinos son la familia política. Como todo, se trata de tener suerte<br /> o no. Como bien decía Marisol, "la vida es una tómbola", en la que te puede tocar cualquier cosa, y el mercado inmobiliario, como el sentimental, no iba a ser menos. Pero en definitiva, recuerda,<br /> tengas lo que tengas, siempre te queda el recurso de la ornamentación, con la que se subsana tanto el problema de una cocina aburrida como el de un pelo chungo.<br /> <br /> <br />